Hay palabras, que, vengan de donde vengan, producen un efecto en tí. Ahí está la grandeza de la literatura, y de la oratoria. Escribir, hablar, y que las palabras, sutiles, precisas, justas, produzcan la rara chispa de la comprensión en nosotros. Grande el que consiga escribir las justas, y más grande aún el que ose pronunciarlas, y ponerle el punto. Acabar y pasar la página. Acabar y parar tu lengua veloz. Y ya está, ni menos, ni más.
"El hombre de muchas palabras y pocos hechos es como un jardín lleno de malas hierbas. Y cuando las malas hierbas empiezan a crecer, es como un jardín cubierto de nieve. Y cuando la nieve empieza a caer, es como un pájaro sobre el mar. Y cuando el pájaro se aleja volando, es como un águila en el cielo. Y cuando el cielo empieza a rugir, es como un león en la puerta. Y cuando la puerta empieza a agrietarse, es como un palo que atraviesa tu espalda. Y cuando tu espalda te empieza a escocer, es como una navaja en tu corazón. Y, cuando tu corazón empieza a sangrar... estás muerto de verdad."
Para mí, el famoso "Menos es más" de Mies, ha de ser un "Lo justo es más". La vida es equilibrio.
y cuando tu corazón empieza a sangrar..estás muerto de verdad. Pero es buena señal, significa que has podido vivir..
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