Lo peor del eco
es que dice las mismas
barbaridades
[Mario Benedetti - Rincón de Haikus]
es que dice las mismas
barbaridades
[Mario Benedetti - Rincón de Haikus]
Grooveshark - Listen to Début - Mélanie Laurent
Desde el sofá, su vista miraba las flores y el cielo soleado que había en el exterior, sin fijarse apenas en nada. Mirada perdida, labios entreabiertos, con las comisuras secas. El agua no conseguía hidratar su boca agostada, cansada de hablar, a costa de mentiras repetidas tantas veces que incluso su mente las creía reales.
Llevaba horas sin moverse; casi podía sentir el tiempo revolviéndose a su alrededor. Pero no había agresividad, ni rudeza; el paso del tiempo es como el éxtasis, que todo lo vuelve suave. Sin embargo, como buena droga todo es un engaño; su paso no es suave, sino que erosiona todo lo que encuentra en su camino, lo desgasta e inutiliza, siendo tan sólo perceptibles sus dolorosas consecuencias en el momento en que despiertas. Y, te encuentras, de repente, en carne viva, todo tu ser escociendo.
Poco le importaba, sumido en el efecto de la autocomplacencia, la desidia y la pereza. Explosiva mezcla. Relajaba sus miembros hasta un estado casi de hibernación.
No hacía nada, no se fijaba en nada, no pensaba en nada. Quizá se alimentara, pero no era consciente de haber realizado movimiento alguno. Su estado era similar a un coma; coma emocional, psicológico o como quiera llamársele. El caso es que sus ganas estaban en huelga indefinida. El mayor peligro para un ser supuestamente vivo, el hedonismo más autodestructivo, era la estaticidad. Pero qué fácil le resultaba. Qué agradable.
No sería hasta dos días después que encontraran su cuerpo, aún inerte, para siempre petrificado. El vacío sólo atrae más vacío.
Llevaba horas sin moverse; casi podía sentir el tiempo revolviéndose a su alrededor. Pero no había agresividad, ni rudeza; el paso del tiempo es como el éxtasis, que todo lo vuelve suave. Sin embargo, como buena droga todo es un engaño; su paso no es suave, sino que erosiona todo lo que encuentra en su camino, lo desgasta e inutiliza, siendo tan sólo perceptibles sus dolorosas consecuencias en el momento en que despiertas. Y, te encuentras, de repente, en carne viva, todo tu ser escociendo.
Poco le importaba, sumido en el efecto de la autocomplacencia, la desidia y la pereza. Explosiva mezcla. Relajaba sus miembros hasta un estado casi de hibernación.
No hacía nada, no se fijaba en nada, no pensaba en nada. Quizá se alimentara, pero no era consciente de haber realizado movimiento alguno. Su estado era similar a un coma; coma emocional, psicológico o como quiera llamársele. El caso es que sus ganas estaban en huelga indefinida. El mayor peligro para un ser supuestamente vivo, el hedonismo más autodestructivo, era la estaticidad. Pero qué fácil le resultaba. Qué agradable.
No sería hasta dos días después que encontraran su cuerpo, aún inerte, para siempre petrificado. El vacío sólo atrae más vacío.
...lo que hace el tiempo con uno, cuando uno no hace nada con el tiempo
Uf, es terrible pero lo que es más terrible aún es lo mucho que me ha recordado a mí misma cuando me hundo en mis frecuentes letargos... espero no recaer más. Pese a eso, es increíble cómo todo lo que describes cobra vida, me ha encantado!
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