martes, 28 de septiembre de 2010

Rutinas

"Para que mi obediencia a la Tribu cobrara sentido, yo debía averiguar si podía ser desobediente".
[Leyendas de los Otori, Con la hierba de almohada]



Hoy, me levanté, y sólo mi cama me seguía esperando, caliente, suave y mullida. Sólo mi sofá me permitió cinco minutos de desconexión mundana. Sólo mi querido Nesquik me dio los buenos días, pero sin ser grosero, sin ese golpe de realidad que el malvado café trata siempre de soltarte.
El mundo tras el cristal amanecía frío, y mi fino jersey no alcanzaba a aislarme demasiado. Pero ese no es problema, me gusta el frío; me gusta sentir cómo el vaho sale de mi boca al respirar fuerte, y cómo se me ponen los pelos como escarpias.
Una manada de gente esperaba el autobús, cada uno en su vida, perdidos en sus propias miradas perdidas. Y quizá sea incorrecto expresarlo como he hecho, porque nada tenían de manada: ¿cada uno en su vida, miradas perdidas? Seres individuales, posiblemente individualistas, carentes de calor. Tenía frío. Pero para eso he sido educado, ¿no? Para que me guste el frío, para que el calor me asuste y la indiferencia me tranquilice. Para eso sirve la educación.
Pero me exasperaba la falta de conversación; será que soy incapaz de callar, y por eso muchos silencios me resultan incómodos... pero les comprendía, porque es mejor callar para al menos dejar la duda de si eres imbécil (normalmente, si hablas lo demuestras).
Y el autobús... cómo lo odio. A veces me encanta porque el ruidillo y el vaivén me ayudan a evadirme y pensar, olvidando que estoy rodeado; otras me gusta porque es interesante observar a la gente que va y viene. Pero hoy no; hoy la gente se aglutinaba cual brutal horda, empujándose, echándose miradas de odio, pisándose, y haciendo aquello que les daba la gana. Nadie pensaba en los que, fuera, seguían pasando frío y no podían entrar porque ellos no se movían. Somos incívicos y egoístas. Pero es mucho más fácil quejarse de lo que tardaba en entrar la gente que intentar facilitar el paso. Claro, como también es más fácil decir una palabra amable y poner una sonrisa que soltar un gruñido y a ser posible una mirada de asco... pero somos granaínos y nos van los retos. Los retos contra nuestra propia falta de civismo.
Y no hablemos de la (tardía) llegada a la Escuela (mi amada y decadente Escuela, que se cae a pedazos, pero tiene una nueva y bonita y grande y ultra plana pantalla para poner publicidad de la misma universidad que nos está negando un edificio decente donde poder trabajar en medios propios de un estado del bienestar, y no del África tropical [nunca mejor dicho por la fresca que pega a partir de las 12]). Allí la gente es peor que la del autobús, porque tienen la misma indiferencia pero te ven todos los días, e incluso hablan contigo, y ¡oh, sorpresa!, te piden favores.
Para que luego llegue el ser más incívico, incompetente, maleducado y soberbio de todos: el profesor universitario, y pase de ir a clase, porque su tiempo es más importante que el tuyo.
Y vuelta a casa, y vuelta a empezar. Hoy, he comido solo y para variar con la ruleta de la suerte, porque mi televisión ha decidido no cambiar de canal. Y ya ese es mi colmo, y dejo de confiar en la inteligencia humana, cojo mi plato de ricos espaguetis maternos y leo mientras como. De fondo suena Nina Simone... lo que canta siempre me suena como aquello que quiero oir.
¿Por qué somos tan inhumanos los humanos?


5 comentarios:

  1. Jo Lams me ha encantado!! creo que es la descripción más realista de lo insípido que es el día a día y de lo cruda que es la realidad, de lo poco que a veces parece que nos queremos los seres humanos los unos a los otros. Pese a todo, tengo algo de esperanza en que eso no sea siempre así; a veces a las personas nos da por actuar como tal y ser algo más empáticas, pero sólo a veces y.. bueno la verdad es que vivir a expensas de ese "a veces" da ganas de pegarse un tiro... En fin, sea como sea, seguro que hay días que también te sorprenden :)
    P.D. Arriba los que desayunamos Nesquik y no café!!:P

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  2. Llevas toda la razón, el humano es demasiado inhumano. Sin sabores, vayas donde vayas, malos gestos, falsas sonrisas.
    Aún así, hay motivos por los que merece seguir viviendo, y a veces incluso te das cuenta de lo bonito que es.
    PD: Yo también desayuno Nesquik, y no colacao.

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  3. Nadie ha dicho que desayune Nesquik y no Colacao.. ¬¬ x) de hecho yo desayuno Colacao (acepta ya que es mucho mejor que el Nesquik :P) y no café ji :P

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  4. Yo creo que los que valemos somos los que no desayunamos café y además optamos por el Neskuik :)

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  5. Claramente el Nesquik es mejor que el Colacao, Chío... es una copia muy mejorada =]

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