Flores para los muertos y tranquilas sonrisas de opio para los vivos
[Ray Loriga, Tokio ya no nos quiere]
[Ray Loriga, Tokio ya no nos quiere]
Me encanta cuando bailas.
La música nos rodea repentinamente, a toda potencia, y tus hombros parecen incapaces de resistirse. Empiezan su vaivén, subiendo, bajando, al principio tímidamente, y luego animando todo tu cuerpo.
La cara de evasión, concentración, felicidad, se extiende de lado a lado, y tus pies se alegran también. Entonces empiezas a saltar, cantando, gritando. Transmitiendo felicidad. Tu pelo salta contigo, tus brazos se descontrolan y se dejan llevar. Para mí, ese momento es belleza y es humanidad.
Me acerco a tí y saltamos juntos, se acerca el resto, y bailamos todos; saltamos a nuestro propio ritmo, el que nos marca esa música que es sólo para nosotros.
Me das ganas de moverme, de ser feliz aunque sea sólo durante esos 4 minutos que dure la canción que nos emociona; ya nuestro cuerpo nos dirá si seguir luego, pero ahora no importa nada más. Todo es íntimo y personal, cercano y amistoso, es el ritmo de nuestra juventud, y tú me incitas a que la vivamos todos juntos.
Ay, me encanta verte bailar.
Me ha encantado Lams, no sabes lo feliz que me hace que algo tan simple como mover el hombro pueda desencadenar tu alegría. No sé, supongo que éstas son las cosas de la amistad; no podríamos vivir sin ciertos gestos característicos de nuestros amigos. Y también son las cosas de la maravilla de la música.. el sentimiento de unión que provoca que alguien tenga tantas ganas como tú de cantar una canción a voz en grito y de bailarla tan salvajemente como el cuerpo le permita.
ResponderEliminari(L)u
Si es que cualquier cosa que haga la Chiusca Pelandrusca transmite felicidad.
ResponderEliminarNadie mejor que ella para algo así :)
Cuando lo he leido tambien he pensado en la pelandruska, en la vogue, y en los momentos de la gran fá!
ResponderEliminarEl proximo finde una Vogasa a mi salud ;)!
lams, molto lof pati =)